Una caja de leche, una botella, una vela y una secadora. Con estos elementos y un poco de imaginación, imprescindible en estos momentos de confinamiento, Ángel Suárez, ingeniero de SEAT ha logrado dos objetivos: que entendamos de forma sencilla la importancia de la aerodinámica por un lado y por otro, entretener a sus hijos.
Adaptar el lenguaje.
“Para explicar la aerodinámica a un niño lo que tenemos que hacer es hablar como ellos”. Con esta idea el ingeniero de SEAT, Ángel Suárez, puso manos a la obra. ¿Cómo conseguir que sus hijos entendieran algo tan primordial en su trabajo como es la aplicación de la aerodinámica en los automóviles? Tras buscar inspiración en algunos vídeos educativos encontró la clave: adaptar el lenguaje especializado y buscar situaciones cotidianas que ellos puedan entender.
“Si sacamos el brazo por la ventanilla del auto, en una zona sin peligro y con permiso, y ponemos el brazo en vertical con la palma levantada, el viento empujará el brazo hacia atrás. En cambio, si tumbamos el brazo con la palma hacia abajo podremos atravesar el viento sin esfuerzo”. Esa fuerza que empuja la mano, para un coche es como una pared de aire que tienen que mover. Cuanto más aerodinámico sea éste, menos le costará moverse. Pero ¿cuál es la forma adecuada de un vehículo para reducir la resistencia al aire? Comienza el experimento.
Cuando el viento lo produce una secadora.
Enseñar a un niño con ejemplos que ha podido vivir es una buena forma de empezar, pero nada mejor que un experimento para acabar de entenderlo. Es importante que sea sencillo y que los elementos necesarios para su elaboración se encuentren fácilmente en casa. En esta ocasión, una secadora será el viento y habrá dos autos: uno será una caja y el otro una botella de leche, la pregunta es ¿cuál será el más aerodinámico? Una vela encendida dará la respuesta.
Formas cuadradas o redondas.
El experimento comienza encendiendo la vela. La secadora se pondrá en marcha, pero antes, una caja cuadrada debe colocarse en medio. El aire choca contra la superficie de la caja y no consigue apagar la vela. En cambio, si en lugar de interponer una superficie plana se coloca una redonda… ¡la vela se apaga! “Las formas cuadradas ofrecen mucha resistencia al avance, les cuesta empujar la pared de aire y las redondas hacen que el aire siga esa superficie. Podemos entrar en el aire y avanzar”, explica Suárez. “Cuanto más suaves y redondas sean las formas de un vehículo y menor superficie tenga en el frente, le costará menos moverse. Podrá ir más rápido, aumentar la eficiencia y muy importante: reducirá el consumo, siendo respetuoso con el medio ambiente”.
El aprendizaje continúa.
Debido al éxito de su primer experimento, el ingeniero no se ha limitado a explicarles la aerodinámica a sus hijos. Sus lecciones sobre conceptos automotrices continúan y las comparte en su cuenta de LinkedIn: Ángel Suárez González. Ahí podemos ver un SEAT 600, auto clásico de la marca, hecho de cartón para explicar de forma sencilla algunos conceptos mecánicos o un barco de papel, utilizado como ejemplo perfecto para descubrir la presión del aire. Sin duda una muestra de que la imaginación no tiene límites para educar, más si se trata de ayudar a combatir el aburrimiento desde casa.
