La barra estabilizadora consiste en una barra redonda, normalmente en forma de U, con un diámetro de entre 10 y 60 milímetros. La sección central de la U está fijada transversalmente a la carrocería del vehículo sobre monturas de caucho pivotantes, con los extremos unidos a la suspensión. Las fuerzas de palanca que inciden en un lado actúan para equilibrar el lado contrario. Las barras estabilizadoras mejoran la estabilidad direccional (la alineación de las ruedas del coche) y, por consiguiente, el manejo del vehículo. Asimismo reducen los movimientos de balanceo de la carrocería. La mejora de la estabilidad direccional permite coger las curvas con mayor seguridad y comodidad.