Los airbags, combinados con el cinturón de seguridad, han demostrado ser el sistema de retención más eficaz. Equipamos nuestros coches con hasta seis airbags para estar preparados para una serie de posibles accidentes. Los airbags frontales para el conductor y copiloto absorben el impacto de la cabeza y el torso en una colisión frontal. Los asientos exteriores disponen de airbags laterales que también protegen la cabeza y el torso en caso de colisión lateral. En caso de colisión lateral, los airbags de cabeza se abren por casi toda la zona de las ventanillas laterales para proteger siempre frente a lesiones la cabeza de los ocupantes. El airbag del conductor está integrado en el volante y el del pasajero se encuentra en un panel del salpicadero. Cuando se activa, el panel se rompe a lo largo de las costuras previstas para ello. En caso de colisión, un sensor de impacto activa pirotécnicamente el generador de gas que llena los airbags de nitrógeno en menos de 50 milisegundos. La envoltura está provista de válvulas que permiten que el gas salga de forma controlada para que el airbag inflado pueda absorber el impacto de la parte superior del cuerpo y evitar que éste vuelva a rebotar. Tras el choque, el airbag está completamente desinflado en el momento en que el cuerpo descansa en el asiento. La versión de tamaño completo del airbag de conductor puede contener hasta 80 litros; el airbag del copiloto tiene un volumen de hasta 150 litros. El airbag del copiloto puede desactivarse mediante un interruptor utilizando la llave de contacto para que, por ejemplo, pueda situarse en el asiento delantero un asiento infantil de espaldas. Equipamos todos los modelos con una unidad de control para supervisar de cerca el buen funcionamiento del sistema de airbag.